BlueArt x 3: Bazzola, Mandelman, Jodos
En diciembre de 2001, cuando inmersa en una crisis feroz la Argentina explotaba, con 5 (cinco) Presidentes en 10 (diez) días (Fernando De la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde), al periodista Horacio Vargas se le ocurrió fundar, en la ciudad de Rosario, un sello discográfico. Trece años después, BlueArt Records no sólo sigue existiendo y editando álbumes de artistas consagrados y también de desconocidos, sino que además se ha ganado un respeto que ha trascendido las fronteras de la Argentina a base de constancia, dedicación, la toma de riesgos, cuidadas ediciones y un largo etcétera.
BlueArt también ha cosechado una gran cantidad de logros, premios y reconocimientos dentro y fuera del país. En esta ocasión, nos referiremos a los álbumes que en 2014 editó el sello y que corresponden al guitarrista Guillermo Bazzola, al baterista Hernán Mandelman y al pianista Ernesto Jodos.
Guillermo Bazzola, luego de haberse consolidado como una figura de relevancia en el ambiente jazzístico local, en el año 2002 decidió radicarse en España; sus bondades también se plasmaron en Europa. Allí conformó el Gnu Trío (con Marcelo Peralta y Andrés Litwin), con el que editara el disco homónimo en 2009 y también integra otro trío junto con Risto Vuolanne y Fernando Lamas. Pero el material que nos ocupa es Hora libre, que fuera registrado en una sola sesión el 1 de mayo de 2005. En esa ocasión lo acompañaron el español Juanma Barroso en batería y los argentinos Rodrigo Domínguez en saxos y Ernesto Jodos en órgano Hammond. El álbum comprende 9 composiciones originales del guitarrista y otra de Germán Kucich. Y hay que decir que a pesar de haber transcurrido casi una década, el disco suena fresco, con elementos de be-bop, hard bop, blues, soul y –por momentos- ciertos aires cercanos al rock y al funk. Bazzola posee una magnífica técnica y se ha rodeado aquí de músicos de primer nivel que ayudaron a que Hora libre suene como un proyecto grupal, con los egos a un lado y donde puede apreciarse la excelencia de los cuatro instrumentistas.
El baterista y compositor Hernán Mandelman se rodeó magníficamente para la grabación de Reflexiones en verano. El sucesor de Amistad (BlueArt, 2008, en cuarteto) y Detrás de esa puerta (Sofá Records, 2011, en quinteto) cuenta con el aporte de Sebastián de Urquiza (contrabajo), Francisco Lo Vuolo (piano), Juan Cruz de Urquiza (trompeta), Natalio Sued (saxo tenor) y Rodrigo Domínguez (saxo alto). Es decir, un sexteto. Las siete composiciones que integran el disco pertenecen a Mandelman que, con el correr de los años, ha ido mostrando un importante crecimiento autoral e interpretativol, así como también se ha consolidado como arreglador y líder de banda. Reflexiones en verano, grabado íntegramente el 4 de marzo de 2014, profundiza el camino desarrollado en Detrás de esa puerta. Hay algunas diferencias: en esta ocasión, el líder compuso la totalidad del álbum, se agregó la trompeta de Juan Cruz de Urquiza y Lo Vuolo y Sebastián de Urquiza reemplazaron a Paula Shocron en piano y a Ezequiel Dutil en contrabajo respectivamente. Dentro de un nivel sumamente parejo, hay notables momentos en Blues Aires y En vena. Lo que también queda claro es que Mandelman optó por un sonido grupal y balanceado en detrimento del lucimiento personal. Bienvenido sea.
Finalmente, el pianista y compositor Ernesto Jodos, uno de los referentes ineludibles a la hora de hablar del movimiento jazzístico argentino, ofrece en soledad Actividades constructivas, también –como en los casos citados anteriormente- grabado en una sola jornada, el 9 de agosto de 2014. Para éste, su segundo álbum en solo piano registrado para el sello rosarino (el anterior fue Solo, hace una década), Jodos decidió interpretar material propio original donde no está ausente la improvisación. Las once piezas del álbum actúan, además de resultar un exquisito muestrario de las bondades de Jodos, de manera tan homogénea que bien podría pensarse a Actividades constructivas como una obra integral de aproximadamente 48 minutos dividida en 11 movimientos. Luego de varias escuchas podrían citarse muchas influencias o referencias (y no sólo provenientes del jazz); pero Jodos le da un marco y una construcción tan personal que permite ratificar una vez más que desde la aparición de su Sexteto en 2000 y especialmente aquella refrescante aparición del trío Cambio de celda un año después, el pianista es una voz distinguida, personal e insustituible dentro del panorama musical argentino del presente milenio.
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