Guido Martínez

¿Por qué una banda de 11 tipos?

En un principio porque la música que yo quería hacer necesitaba de otros timbres. Yo escribía la música para un cuarteto, Clave Latina (de eso te habló el Pipi Piazzolla, creo). Y tenía muchas ganas de que sonara otra orquestación y con diferentes matices (contrapuntos, backgrounds…) que el cuarteto no me lo permitía. Y el 11 fue medio caprichoso. De base sí o sí necesitaba batería, bajo, piano, guitarra y percusión. En un momento pensé en agregar sólo tres caños o armar una big band real. Y me quedé en la mitad. Es un timbre 6, donde a veces funcionan 3 y 3, o bien 2, 2 y 2 ó 1 y 5. La verdad que a la big band no me animé.

Eso te iba a decir, porque Latinaje no es una big band…

Tenés razón, es algo a mitad de camino. Porque la cátedra dictamina que una big band son 5 saxos, 4 trombones, 4 trompetas y un trío de base. Nosotros tenemos más cosas en la base y menos bronces al frente.

¿Se puede decir que son un equipo más defensivo que ofensivo?

Qué buena definición… o tan defensivo como ofensivo. Algo así como los equipos de barrio donde todos van atrás de la pelota (risas). Pero no es que yo lo elegí; se dio por necesidad personal.

PantyrerImagino que debe ser complicado juntar a los 11… y encima músicos…

Tienen una onda tremenda con el proyecto. Si bien todos tienen libertades para hacer sus cosas, responden fenómeno. Escribo la música pensando en ellos y ese espacio otorgado creo que los engancha y mucho.

¿Pero eso no te limita a la hora de componer, el tener que pensar en que los demás se sientan atraídos?

No… es que tampoco lo pienso de esa manera. No a la hora de componer, sino a la hora de arreglar la música; ahí sí que los tengo en cuenta, pero esto no implica que va a haber solos de todos en cada tema… sería una locura… Lo que pasa es que en realidad me estimulan; yo los siento tan autores de los arreglos como yo; siento que me dan ideas.

Un arreglador, de alguna manera ¿no es un compositor también?

Bueno, tendríamos que definir primero qué es un compositor…

Estoy enfrente de uno…

Para mí son dos etapas muy distintas.

Me refiero a que vos componés y que después viene alguien y hace una re-creación sobre tu composición…

Desde ese punto de vista, sí, puede ser. Ahora… mirá que hay gente que me encanta cómo compone y es un desastre arreglando… y viceversa. Llevándolo a tu área, es como el que escribe y el que después corrige ese texto. De alguna manera, el que corrige está componiendo también. Pero el autor de la nota es el otro. (Piensa) Es cierto que el arreglador, de alguna manera, compone, pero para mí son cosas muy distintas.
A mí no me gustan los temas de Latinaje. Me siento contento con los arreglos.

¿Pero quién compone?

Yo.

Y no te gusta lo que componés…

No, para nada.

Bueno… estamos entonces habilitados para hablar pestes…

Yo no creo que me hayas citado acá para tirarme rosas…

Tal vez te las tire pero del lado de las espinas…

Ahora te creo (risas).

Martinez¿Y por qué el latin-jazz? ¿No está muerto el estilo?

¿Y qué está vivo? Mirá… yo nací en el ’76 y para mí se acabó esa cuestión de que el folclorista escucha folclore y el tanguero, tango. Para mí es imposible no poder pensar en todas las cosas a la vez. Yo no entiendo a ciertos jazzeros que mueren ahí. Yo escucho muchas cosas que me encantan: el rock, el jazz, el tango, la música brasilera…

Pero eso no responde…

No… pero quiero decirte que no está muerto para mí. Tal vez no esté de moda, aunque la pregunta que me surge es “¿qué es el latin jazz… jazz tocado por latinos?”. David Sánchez, ¿es latin jazz? ¿Corea es latin jazz? Qué sé yo… me cuesta meterme en ese terreno.

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