Guido Martínez
¿Podemos decir que, como suelo utilizar para un proyecto personal, Latinaje es una democracia dictatorial donde todos opinan y uno decide?
No… bueno… en ese momento fue así… bah… (serio) siempre es así… lo que pasa es que las dos palabras juntas “democracia” y “dictatorial” no van…
Por supuesto, ésa es la gracia, como la “Inteligencia Militar” de la que hablaba Groucho…
Claro… pero lo cierto es que alguien tiene que decidir para qué lado se va; si no… es un caos. Entonces entran al grupo, pasa el tiempo, el Pipi arma Escalandrum y me propone tocar. Y entre el repertorio (temas de Corea, Tony Williams), me sugiere llevar temas de Latinaje. ¿Y qué pasó? Era como un Latinaje más chiquito…
Lo sentías como un unplugged de tu grupo
Tal cual… hasta los músicos éramos los mismos. Y además no podía aportarle nada al grupo, porque terminaba siendo lo que yo no quise hacer. La batuta compositiva la tomó Guerschberg y ahí funcionó. Y yo no me sentía útil; así que no es que me fui para tocar con Midachi…
Eso… ¡escuchá Pipi!
Lo adoro. Tiene una energía tremenda; es medio cabezón y bien tano pero es muy copado…
Y cómo creció musicalmente, ¿no?
Y… estudió piano… el Pipi se está abriendo musicalmente. En una época nos llamábamos a las 7 de la mañana para ver si estábamos estudiando; y a las dos de la tarde para ver qué habíamos estudiado. Pero su apertura pasa por otro lado. Está escuchando todo; y en cada proyecto que se mete empuja para adelante y le da para con todo. A mí me pasó cuando empecé a estudiar arreglos…
Cuando yo era chico, el bajo era el instrumento de descarte al igual que el puesto de arquero. Vos, que sos bajista y te querés situar en el arco, ¿cómo lo ves?
Está perfecto… a mí me encanta y lo disfruto mucho. Me gozo todo ocupando ese espacio.
¿Por qué “La conversa” siendo en vivo es más reflexivo y menos contundente que el primer CD?
Menos contundente, no sé… más reflexivo… y… somos más grandes y creo en la evolución natural. Siempre traté de que en los conciertos no haya mucho volumen, porque quiero y necesito escuchar todo. Y en el primer álbum había mucho palazo, más power y la verdad que se dio así pero todos estábamos buscando otra cosa. Ahora estamos más cerca…
¿Cuál de todos los proyectos en que participás te pone al palo?
La verdad… de un tiempo a esta parte… todos. Me gusta el formato chico, mucho.
¿De dónde te sale el amor por la música brasilera? Porque con Beto estás hace un montón… y a pesar de sus pantalones… (risas).
Y… hace 5 años ó 6… y es cierto: los pantalones de Beto… no van. Son muy brasileros (risas). Es una ropa muy vistosa… (más risas). En serio, la verdad que disfruto mucho.
¿En qué te gustaría participar de lo que todavía no tuviste chance?
Uhhh… está bueno eso… y… un grupo de tango. Algún trío, un quinteto… me encantaría eso; mi próximo proyecto seguramente va a tener al tango como protagonista.
¿Por qué bajo eléctrico y no acústico?
Me cuesta el acústico. Estoy estudiando clásico y lo estoy usando en algunos proyectos. Con Snajer, con Adriana Ríos…
¿Decís mucho que no?
Y… sí… el proyecto me tiene que interesar o dejarme buena plata y solamente si tengo tiempo. Pero hace más de dos años que elijo; mañana no sé si voy a poder elegir, pero hoy sí.
