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Sanguinetti plays Radiohead: Cómo desaparecer completamente

 

como desaparecer completamenteDisco 1: Airbag, Everything in it’s right place, Scatterbrain, We suck young blood, Weird fishes / Arpeggi, Black star, I might be wrong, Motion picture soundtrack

Disco 2: Creep, The National Anthem, Paranoid android, Burn the witch, Little by little, How to disappear completely, Nude, Idioteque

 

Músicos:

Marco Sanguinetti: piano, armonio

Migma: bandeja de vinilos

Tomás Babjaczuk: batería

Pablo Butelman: guitarra

Milena L’Argentiere: voz

 

Sello: Independiente, 2016

Calificación: Dame dos

 

La identidad consiste en la capacidad del Yo para mantenerse igual y continuo frente al destino cambiante (Erik Erikson)

 

El significado de la palabra identidad, en su primera acepción, describe al conjunto de características que son propias de una persona o un grupo y que permiten diferenciarlas del resto.

La psicología entiende a la identidad como un efecto de múltiples identificaciones -simbólicas e imaginarias- que siempre tienen lugar en la relación con el otro y los otros; el psicoanálisis, en cambio, ubica a la identidad en lo que el sujeto olvida de su historia y no en lo que recuerda; en tanto que la filosofía posiciona a la identidad como uno de los principios fundamentales del ser, ya que su presencia da cuenta de la relación que toda entidad mantiene consigo misma. No obstante, en este último campo, emergen variados matices a considerar: para Hegel no hay existencia humana sin identidad; Locke señaló que no es la reflexividad sino la memoria lo que sostiene la identidad y Heidegger se ubicó en las antípodas de sus pares al afirmar que la persona sólo tiene un “semblante de identidad” al nacer que nunca llegará a constituirse en una identidad en sí misma porque “el ser no es pasado sino porvenir”.

A grandes rasgos podría colegirse que la identidad es la manera en que somos –o estamos siendo- en cada etapa de la vida.

En definitiva, la identidad no se asume, se construye; no permanece inmutable, sino que se recrea constantemente e implica aceptar que su consolidación es la que dota de coherencia a la relación entre aquello que pensamos y creemos con lo que finalmente hacemos.

En la creación artística, el principio de identidad tiene una importancia capital ya que su definición impactará -de un modo u otro- en la valoración final de la obra. El hecho de que un artista tenga identidad propia -nos referimos a aquél que evita la emulación o la copia y tiende a que las convicciones sean coherentes con sus actos- no garantiza éxito ni reconocimiento, pero es el único camino que conduce a la obtención de un resultado auténticamente creativo.

Por fortuna, la lista de artistas en distintas disciplinas que intentan seguir ese camino, parece infinita. Es cierto que los hay olvidados, desconocidos, consagrados (o en vías de serlo) e ignorados, pero todos ellos tienen un común denominador en la voluntad para asumir riesgos y en su inquebrantable aspiración por construir una identidad creativa propia.

En esa afortunada lista, sin temor a equivocaciones, podemos incluir al pianista y compositor argentino Marco Sanguinetti.

En su actual ideario confluyen con naturalidad el jazz moderno, referencias a la música clásica heredada de los impresionistas franceses (movimiento que encontró en Claude Debussy, Maurice Ravel y Erik Satie a sus principales cultores), elementos asociados a la música ciudadana argentina e inocultables influencias provenientes del rock nacional e internacional. Sin embargo, su principal cualidad es que esa singular mixtura aparece subrayada por la intersección de tres elementos que constituyen y dictaminan la inconfundible personalidad musical de Sanguinetti: el especial énfasis otorgado al diseño sonoro, la infrecuente capacidad para afrontar el territorio de la innovación sin dejar de ser accesible y la pertinaz construcción de una estética que siempre está ligada con la identidad cultural que define a su lugar de origen: Buenos Aires, Argentina.

El curso evolutivo de la trayectoria desplegada por Marco Sanguinetti, se encuentra documentado a través de una ascendente producción discográfica que incluye a los álbumes Improvisaciones de 2005 y Los Procesos de Franz en 2008 (ambos a piano solo), El Otro de 2011 y la elogiada edición de 8 en 2013, trabajo con el que terminó de materializar su propio imaginario musical.

Marco Sanguinetti, en el álbum doble Cómo desaparecer completamente, corporiza en términos discográficos el proyecto denominado Sanguinetti plays Radiohead -que conforman su líder en piano y armonio, Migma en bandeja de vinilos, Tomás Babjaczuk en batería, Pablo Butelman en guitarra y Milena L’Argentiere en voz– y emprende el desafío que implica relegar su rol como compositor para centrarse con exclusividad en temas pertenecientes a la agrupación británica Radiohead.

La idea pergeñada aquí por Marco Sanguinetti se orienta a ofrecer una lectura muy personal de dieciséis canciones extractadas de los nueve álbumes que componen la discografía de Radiohead y, a tal fin, volvió a convocar al equipo que lo acompañó en el álbum 8 de 2013: es decir, Mariano “Manza” Esain a cargo de la grabación, producción y mezcla, Andrés Mayo en el mastering y Laura Varsky en el diseño de empaque.

Cómo desaparecer completamente está lejos de ser un tributo a la música de Radiohead; tampoco ofrece versiones destinadas a repetir en detalle las pautas de los originales ni pretende generar una inmediata empatía con los seguidores de la banda encabezada por Thom Yorke. Por el contrario, aquí asoma un elaborado trabajo de recomposición y recreación que gira en derredor del núcleo y de la esencia de cada una de las canciones incluidas en el disco.

Es cierto que un álbum basado exclusivamente en el repertorio de una banda consagrada puede resultar controversial, despertar suspicacias o alimentar prejuicios; pero en el caso del proyecto impulsado por Sanguinetti existe un concepto que destila honestidad ya que deja claro desde la raíz que Radiohead forma parte de su ADN musical y, por ello, no tiene ninguna necesidad de ocultarlo. De hecho, lo que da sentido a la existencia de este álbum es el de celebrar ese origen.

El primero de los dos discos que comprende Cómo desaparecer completamente da inicio con Airbag, tema perteneciente al álbum OK Computer de 1997. La personal relectura ofrecida por Sanguinetti se traduce en una poderosa excursión sonora en donde subyace -sin perder identidad propia- el dramatismo contenido en la versión original. En su curso asomarán dinámicas llenas de plasticidad, un acabado detallismo en la articulación del diseño sonoro, los sólidos aportes que imparten la batería de Tomás Babjaczuk y la guitarra de Pablo Butelman y las esenciales intervenciones de Marco Sanguinetti en piano y de Migma en bandejas de vinilo.

La encantadora e imaginativa aproximación a Everything in it’s right place (extractada de Kid A de 2000) incorpora elementos de chacarera para constituirse en uno de los pasajes más personales e intensos del álbum.

A continuación, se suceden dos temas provenientes de Hail to the Thief de 2003: Scatterbrain y We suck young blood. El primero, impregnado de un innegable lirismo; el segundo, evolucionando sin apresuramientos a través de un clima cargado de melancolía y, en ambos casos, con exuberantes remates e interpretados de forma superlativa por el cuarteto.

Luego se sumará la cantante Milena L’Argentiere para entregar en formato de quinteto una correcta y respetuosa lectura de Weird fishes / Arpeggi que no parece demasiado distante del original incluido en In Rainbows de 2007.

En cambio, Black Star (de The Bends, el segundo disco de Radiohead publicado en 1995) ofrece una reformulación estructural completa que sólo se liga con la canción de origen mediante algunos trazos melódicos.

El primer disco cierra con una enérgica e intensa interpretación de I might be wrong (del álbum Amnesiac de 2001) y la atmósfera evanescente y los difusos contornos que dibuja Motion picture soundtrack (Kid A de 2000).

En la apertura del segundo disco sobrevienen una formidable recreación con aires de milonga de Creep (de Pablo Honey, el álbum debut de Radiohead), el episódico temperamento implícito en la encantadora recomposición de The National Anthem (Kid A) y la desbordante vivacidad contenida en la lectura del clásico Paranoid android, tema de OK Computer que ya fuera versionado por Marco Sanguinetti en su álbum de 2011: El Otro.

La aquilatada visión de Burn the witch se ajusta en aspectos estructurales a la versión original comprendida en el recientemente editado A Moon Shaped Pool, mientras que la épica recreación de Little by little, de The King of Limbs de 2011, derrocha imaginación y energía interpretativa.

La parte final del álbum empalmará una hipnótica versión cantada de How to disappear completely de Kid A con el excluyente protagonismo adjudicado al piano en la exquisita lectura de Nude (del álbum In Rainbows) y la colorida reinterpretación de la canción de Kid A: Idioteque.

Marco Sanguinetti -con su proyecto Sanguinetti plays Radiohead– ha entregado, en Cómo desaparecer completamente, un álbum inteligente, honesto, elaborado al detalle (tanto en su concepción como en términos interpretativos y de posproducción), deliciosamente accesible, con identidad propia e ideas muy claras.

 

Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es (Jorge Luis Borges)

 

Sergio Piccirilli

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