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Larry Carlton: Fire Wire

Inkblot 11, Double Cross, Naked Truth, Surrender, Big Trouble, Goodbye, Dirty Donna´s House Party, The Prince, Sunrise, Mean Street.

Músicos:
Larry Carlton: guitarra.
Jeff Babko: teclados.
Michael Rhodes: bajo.
Matt Chamberlain: batería.
Sapphire Blue Horn Section: vientos.
RCA, 2006

Calificación: Está bien.

Ok; Larryya perdí la cuenta en cuantos discos toquéCarlton ha sacado su enésimo álbum como líder; un amigo guitarrista me preguntó: “¿escuchaste el nuevo disco de Carlton?”, a lo que respondí: “si sabés que el smooth jazz no me gusta…”.
Con una sonrisa sarcástica me dijo: “escuchalo…
Este CD es la continuación de Sapphire Blue del 2004, un disco de blues tranquilo. Bueno… éste no lo es tanto. Se trata sin más ni más que de un disco de rock. Rock-blues, rock-funk, balada de rock, resumiendo: ROCK. A la vejez, viruela; con 58 años en su haber y más de 40 como músico y habiendo grabado como sesionista con quien se les ocurra y como líder con más de 20 discos en su haber, se ve que ha querido sacarse la modorra de encima grabando este disco.

Como sesionista ha llegado a grabar hasta en 500 discos en un solo año, saquen cuentas…
Se trata de un álbum de canciones de rock instrumentales, directas, upbeat, con algunas baladas para matizar. Muestra una vez más su camaleónica habilidad para tocar cualquier cosa y hacerlo bien, más de allá de que a uno le guste el estilo o no. Si bien parece un catálogo de qué es lo que Carlton puede hacer en este estilo y con claras referencias a otros músicos de rock y blues, nunca pierde personalidad y logra una interesante variedad.

Con esto de referencias, quiero significar que en Double Cross suena a Steve Morse; en Surrender, a Gary Moore;  Big Trouble podría ser un out-take del último disco de ZZ Top; y Mean Street parece de Jeff Beck con Jan Hammer.

Si bien todo esto al comienzo me resultó chocante (rock y tantas referencias), escuchando tranquilo, el disco logra sobreponerse y tomar entidad propia al igual que la guitarra full-tone de Carlton, que suena fantástica en todo el disco.

Inkbolt 11 abre el CD y no es de lo mejor; suena demasiado espartano a pesar de los vientos y el espíritu blue-grass no lo ayuda. Double Cross sí es de lo mejor del disco con un bajo profundo, un buen groove mid-tempo de Matt “me las conozco todas” Chamberlain (quien también ha tocado con todo el mundo, desde Pearl Jam a Uri Caine) y un excelente riff sureño de Carlton. Naked Truth es una balada bien escrita, profunda y con toques oscuros. Surrender es un tema también lento pero sincopado; sobre el riff de bajo, la guitarra desarrolla una melodía melancólica, con mucho trémolo. Con Big Trouble, Larry Carlton suena inesperadamente crudo. Goodbye es la balada que podría no estar en el disco, y me hace acordar a la cortina musical de la serie policial de los ochenta Hill Street Blues.

Con Dirty Donna House Party entra el funk al disco: caños, clavinet, wah-wah, todo el paquete. The Prince sigue en esta línea pero bajando el tempo, y se queda el clavinet y entra tambien el Hammond con buenos solitos de Babko en ambos. Sunrise es una melancólica balada acústica que cumple en bajar el tono del disco hacia el final. Sigue el funk con Mean Street, que cierra dignamente el compacto.

Lindos riffs, solos, sonido, la banda acompaña muy bien con una activa participación de Chamberlain, un Rhodes sólido, mientras que los teclados y los vientos acompañan.
Una satisfactoria e interesante rareza, Carlton haciendo rock, que necesita tal vez un tiempito de digestión, no por la complejidad sino por la propuesta.

Federico Larroca

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