El Ojo Tuerto

Cecilia Noel & the Wild Clams: Para Mí Sin Salsa

Skirball Center – Los Angeles (USA)
Jueves 23 de Agosto de 2007 – 20:00 hs.

El Jueves 23 de agosto se presentaba en el Skirball Center de Los Angeles la cantante Cecilia Noel y su banda Wild Clams integrada por Toshi Yanagi en guitarra, Fred Kron en teclados, Eric Jorgensen en trombón, Larry Williams en trompeta, Albert Wing en saxo tenor y flauta, Bill Esparza en saxo alto, Alan Deremo en bajo, Bernie Dresel en batería, Ricky Rodríguez y César Chávez en percusión y Mari Entraigues, Ijeoma Njaka y Charissa Nielsen en coros.
Me había comprometido a concurrir al evento pero contratiempos surgidos a ultimo momento impedirían nuestra asistencia. Así fue que recurrimos, una vez mas, a los servicios de dos viejos colaboradores y amigos de la casa: Oriolo y Guibaudo.

– ¿Cómo le va Oriolo?
– Hasta que me encontré con usted Guibaudo… bien.
– Quería invitarlo a ver el show de Cecilia Noel en el Skirball Center…
– ¿De quién?
Cecilia Noel, la conoce ¿no?
– Claro, la hija de…Papá Noel.
– No… bueno sí… quiero decir… ehhhh… me refiero a la Tina Turner de Sudamérica.
– Si viene de Sudamérica seguro que es latina.
– “La” Tina Turner, dije.
– ¡Ahhhh! Está en ingles… bañera giratoria… tina… turner.
– Bueno, antes de que me arrepienta… ¿viene o no?
– No sé… hoy tenía ganas de salir otra vez con Catherine Zeta-Jones.
– ¡Muy bien! ¡Lo felicito Oriolo! 
– Gracias Guibaudo. Sí… ayer también tuve ganas.
– Vamos, acompáñeme… ¡Ya sabe lo que siento por usted!
– Sí… yo también lo odio.

Cecilia Noel nació en Lima, Perú. Con apenas 8 años de edad se convirtió en la estrella de la serie televisiva El Tío Johnny. Luego de tomar clases de canto, piano y violín en Argentina y Alemania, se radicó en los Estados Unidos en donde desarrollaría el cuerpo principal de su carrera artística. A principios de los noventa constituyó Wild Clams, banda que le permitió consolidar una propuesta que conjuga el soul y la música salsa.

– ¿Conocía el Skirball Center, Guibaudo?
– No. Esto pertenece a Los Angeles, ¿no? Dígame Oriolo, usted que sabe tanto… ¿Cómo se llaman los habitantes de Los Angeles?
– Bueno… esteee… no los conozco a todos pero… está usted, yo… mi vecino se llama Mike y un Johnny nunca falta…
– Me refiero al gentilicio de los nacidos en Los Angeles.
– Salgo muy poco, la verdad es que ignoro casi todo sobre esta ciudad.
– ¡Vamos! No se menosprecie… su ignorancia no reconoce fronteras. Igual no se preocupe, es recíproco. Los angelinos también lo ignoran a usted.
– Eso… angelinos, así se dice…

El inicio del show es con el enérgico afro de Opatero del álbum Delivery de 1999. Noel canta bien y su despliegue escénico impone respeto mientras la banda hace su parte de manera rutinaria.
Siguen con el clásico bolero del portorriqueño Rafael Hernández “el jíbaro” Marín, El Cumbanchero. Aquí en versión de exportación muy festejada por el público… menos exigente.

El mambo es un ritmo sincopado, mezcla de música africana y jazz y se caracteriza por presentar un tiempo de silencio en cada compás a fin de acentuar la síncopa. De todas maneras, no hace falta saber esto para darse cuenta cuál es la orientación de Everybody’s Mambo, ¿o sí?
La liviana cadencia de 9069 nos hace pensar que el título está expresado en miligramos. Luego llega La Habana nunca será la misma sin ti, tema incluido en el álbum Bongoland de 2002. Un ritmo salsa sobre el que Noel canta en “spanglish” y la verdad es que no hay mucho más para decir ni en inglés ni en castellano. Siguen con Carlito’s Way en un estilo que no reconoce influencias de Celia Cruz. Las copia. Dip It reúne el soul, el rhythm and blues y la música latina, con fines inconfensables.
Ahora es el turno de Monkey. Un claro exponente del “salsoul”, como le gusta a Cecilia Noel denominar su música. El trombonista Eric Jorgensen pasa al frente y durante su solo desarrolla una extraña coreografía…

– ¡Qué barbaridad Guibaudo! Parece que la cantante y el trombonista estuvieran teniendo sexo oral en el escenario…
– Tiene razón, Oriolo. Y lo peor es que si pasan el oral, después viene el práctico… ¡Qué falta de tino!
– ¿En qué quedamos? ¿Es Tino o Tina Turner? ¡Esto es demasiado moderno para mí! Usted que lee a Froilán, ¿me puede explicar de qué se trata esto?
– ¡Al que leo es a Freud, Oriolo! Le explico… El primer impulso al placer es la líbido oral y el segundo la líbido anal; las regiones del cuerpo que proporcionan placer se llaman zonas erógenas. Más adelante el impulso placentero se centra en los genitales, pudiendo dividirse la líbido genital en tres fases: auto erótica, homosexual y heterosexual. Este desarrollo es biológico pero en relación con las actividades psíquicas, ¿entendió?
– Guaaaaaaaaug… Guibaudo, me ha dejado con la boca abierta…
– Tenga cuidado Oriolo… No se olvide que estamos hablando de sexo oral.
Mambo, del álbum Bongoland, parece inspirado en términos de estilo en Miami Sound Machine pero sin Gloria Estefan ni ningún otro tipo de Gloria. Sin dar respiro, empalman con uno de los hits de la banda…

– Dígame Guibaudo, ¿usted conoce este tema?
– Sí, por supuesto Oriolo, se llama Axe, pero nunca nos llevamos bien.
– ¿En qué canta esta muchacha? No entiendo lo que dice.
– Está cantando en castellano…
– Ahhhh… por eso no le entiendo.
– Mire, todo está muy claro. Preste atención, el estribillo dice “no me la toques y si me la tocas no me la dañes…”
– ¡Shakespeare! Eso está en El Rey León… estoy seguro.
– Rey Lear, Oriolo. Y no hay nada de eso allí.
– “No me la toques… no me la toques… y si me la tocas…” Hummmm… pensándolo bien, tiene el incomparable impacto del gran Oscar.
– ¿Wilde?
– No, De la Hoya.

En Living On the Run se aproximan al soul; en Tu condena al mambo y en La Culebra a la música salsa. Mientras tanto, el publico también se aproxima… a la salida.

– ¿A usted le gusta la salsa, Oriolo?
– Sí, pero sólo con las pastas, Guibaudo.
– Vamos… no haga bromas, que lo he visto moverse al ritmo toda la noche.
– Usted lo dice por… ¡no! Es Parkinson… pero ya se me va a pasar.
– Y hablando de pasar… llevamos más de dos horas de show, no vendría mal un poco de auto censura, ¿no?
– No sé… Más apropiado que un auto me parece un camión con acoplado.


Luego de Pronto salsa, Noel invita al escenario a su esposo, el cantante de Men at Work, Colin Hay, para una empalagosa versión del hit de esa banda Down Under, del álbum Business as Usual de 1982.

– Qué lindo, ¿no? Parece que el público no se olvida de Men at Work…
– Es cierto. A veces la gente es muy rencorosa.
– ¡Vamos! 9 de cada 10 personas están festejando y bailando.
– Sí y 1 de cada 10 piensa que los otros 9 son unos imbéciles.

Como cierre hacen una extensa versión de Slam the Clam del álbum Bongoland, que incluye la presentación de los músicos (y son muchos).
Dos bises. Mi casa no es tu casa y Don’t Tell Nobody. Ahora sí, final.
– Oriolo, le agradezco enormemente que me haya acompañado esta noche. En verdad no sé cómo recompensarlo…
– Por favor, Guibaudo… ya tendré la oportunidad… de vengarme.
– Mire, conozco un lugar para comer aquí cerca en el que sirven unos ravioles caseros riquísimos. ¡Lo invito!
– Bueno, está bien, acepto. Pero para mí… sin salsa.

Sergio Piccirilli

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