Por Los Codos

Rodrigo Domínguez

El saxofonista y clarinetista Rodrigo Domínguez es, sin lugar a duda alguna, uno de los músicos argentinos más requeridos de la escena musical actual… y de los últimos años también.
Originalmente, guitarrista. Hasta que apareció Wayne Shorter, primero con Weather Report; luego, en un concierto que Rodrigo miraba de afuera… como esas cosas que nunca se alcanzan. Luego de varios escarceos, fue miembro fundador del Quinteto Urbano, verdadero embrión del jazz contemporáneo y en el que también participaban Oscar Giunta en batería, Guillermo Delgado en contrabajo, Diego Schissi en piano y Juan Cruz de Urquiza en trompeta. Fundado en 1999, el combo se disolvió luego de tres álbumes y unos cinco años de plena actividad. Antes de ello, Domínguez obtuvo el concurso "Berklee en Argentina 1994 al '96", ha estudiado y tocado con los mas prestigiosos artistas del medio porteño y, en clases privadas, workshops y jam-sessions con Wayne Shorter, Jerry Bergonzi, Walt Weiskopft, Ralph Lalama, Chris Cheek, Perico Sambeat, Branford Marsalis, Wynton Marsalis, Pat Metheny, Herbie Hancock, Phil Markowitz, Marc Copland, Hal Croock, Greg Hopkins y Ed Tomassi.

DominguezSu único álbum en carácter de líder, Tonal, fue editado en el 2004 por el sello BAU Records; allí fue acompañado por Sergio Verdinelli en batería y Ernesto Jodos en órgano Hammond. Ha participado / participa en numerosos proyectos de la escena local: Mariano Otero Quinteto y Orquesta, Fernando Tarrés & Arida Conta Group, Hernán Merlo Quinteto, Mariana Baraj, Miguel Tarzia Septeto, Guillermo Bazzola Summer Quartet, Primo (combo de Sergio Verdinelli) y siguen las firmas.
Como líder, tampoco se queda atrás: Soy sauce, un cuarteto (Brandán, Carmona, Arredondo) que reinterpreta composiciones de Luis Alberto Spinetta y con álbum próximo a editarse; "…" (puntos suspensivos, con Carmona y Verdinelli) y otro cuarteto, reciente, conformado por Verdinelli, Carmona y Arredondo.

Ha grabado con Fernando Tarrés, Marcelo Gutfraind, Santiago Vázquez, Eleonora Eubel, Hernán Merlo, Tango Crash, Mariano Otero, Guillermo Klein, Enrique Norris, Guillermo Bazzola, Dani Perez, Paula Shocrón, Delfina Oliver, Luis Nacht, Mariana Baraj, Juan Pablo Arredondo, Pepi Taveira, Guillermo Vadalá, Lucía Pulido…

MateAdemás es docente en forma particular y en dos establecimientos: la Escuela de Música Leopoldo Marechal y la Escuela de Música Contemporánea (Berklee Network). Y de este tema comenzamos a hablar en una fresca mañana de otoño. Afortunadamente, Domínguez se reveló como un gran (e incansable) cebador de mate. Un dato fundamental para ya ir pensando en una nueva charla…

Aunque la verdad es que con o sin nuestro líquido vital y móvil, conversaríamos de nuevo, teniendo en cuenta lo bien que se nos ha tratado y cómo disfrutamos del momento.

Un dato no menor: luego de una extensa y relajada charla, el saxofonista nos envía un mensaje, no sólo agradeciendo el convite sino queriendo ampliar algunos de los conceptos vertidos. ¿Les suena la palabra "compromiso"?

Ahora sí, pasen, lean y, entre otras cosas, vean por qué Rodrigo Domínguez es uno de los músicos más activos de la actualidad y por qué tantos colegas opinan tan bien de él como músico… y algo más.

¿Mucho laburo?

No…

¿Por qué?

Históricamente nunca tuve muchos alumnos, que es el trabajo principal; tengo un par de laburos fijos, uno en la Escuela de Música Conteporánea ("la Berklee") y otro en una escuela de música popular, en Ramos Mejía (Leopoldo Marechal). Veo además que el tema del alumnado está bravo, el que tomaba una clase por semana ahora lo hace cada 15 días…

¿Y por qué creés que pasa eso?

No lo sé… tal vez el valor de la clase resulte caro…

¿Pero vos lo atribuís a una cuestión económica o a que los pibes no quieren estudiar?

Pienso que es una cuestión económica. Aunque puede ser que exista una vagancia que es histórica…

¿Una tendencia al "autodidactismo"?

No… porque lleva más trabajo que estudiar. Si te querés enseñar a vos mismo tenés que hacer un doble laburo. Primero saber qué querés aprender y luego aprenderlo. Eso si te lo tomás en serio (piensa) Yo, desde que estoy en el ambiente del jazz, noto mucha creatividad; pero el problema es la destreza técnica como para llevarlas a cabo con peso, con sustento.

¿Las ideas superan a la capacidad de realización?

Puede ser… Hay una cuestión de seriedad que no funciona del todo. Eso de tomar el toro por los cuernos y no soltarlo…

¿Vos sos serio?

(categórico). Al menos desde la intención. Me cuesta bastante a veces ir contra la corriente del día a día. Me cuesta mucho darle prioridad a eso y termino haciendo las cosas como puedo y cuando puedo y me cuesta mucho "enfocarme". Entonces me pongo "deadlines"… y así funciono. A veces me cuesta hacer el trabajo de compositor. Entonces, cuando se me vienen encima ensayos o actuaciones, empujo y las cosas salen.

Y cuando laburás en proyectos de otros, ¿es igual?

No, generalmente… (piensa) En esos casos el trabajo creativo es en el momento, en el ensayo, al tocar, no hay demasiado trabajo de preparación; si las partes son difíciles las miro en casa y ya está.

Pero no te da pereza ir a ensayar o…

No… para nada… es más, me encanta; de hecho, tengo etapas. Hay veces que me da pereza todo. Pero por lo general a mí me gusta mucho tocar en proyectos ajenos. Hay gente que por ahí se encierra debido a un proyecto propio y ya les queda el mote de que no podés contar con ellos. Yo a veces pienso en una actitud parecida, pero tocar con otra gente e interpretar otra música y ver qué hacer con ella… me gusta y mucho. Aunque nunca me interesó una música en la que no haya improvisación… me aburro como una ostra. No me pasa nada. Las Big Bands, por ejemplo, no me interesan mucho. Distinto es con (Mariano) Otero, donde hay un buen balance entre lo escrito y la improvisación que, además, está integrada a la composición. Es distinto. Y me resulta mucho más interesante. Pero el trabajo típico de Big Band me aburre… un poco…

¿Venís de familia de músicos?

Mi viejo es melómano y cantaba en el auge del folclore en forma semi-profesional. Yo tengo memoria de que me llevara a algún ensayo y embolarme olimpicamente. Y tuve una época en que la música, decididamente, no me gustaba. Pero a los 10 u 11 años, cacé un casete de The Beatles y me empecé a enganchar.

¿Y cómo llegaste al saxo?

Wayne ShorterEn el '86 hubo un concierto de jazz en Buenos Aires de Wayne Shorter. En ese entonces yo tocaba la guitarra. En la secundaria escuchaba más canciones, tipo Silvio Rodríguez. Mi viejo me pasó un disco de Paco de Lucía que me encantó y hablando con un compañero de colegio me invitó a la casa y puso Decoy, de Miles Davis. Y no entendía nada. Fue un quiebre que siguió con Weather Report y de ahí… Shorter. Aunque lo que hacía no era lo que más me gustaba porque no estaba Jaco (Pastorius) y el saxo… la verdad es que el saxo no es un instrumento que me guste. A ver… había algo en la personalidad de Shorter más que en el instrumento. Y cuando vino, tocó en Shams. Como no tenía plata lo vi desde la reja, porque hacía calor y las ventanas estaban abiertas. Y no me pude bajar de la reja nunca más (risas)

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