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Echo & The Bunnymen: Siberia

Stormy Weather, All Because of You Days, Parthenon Drive, In The Margins, Of a Life, Make Us Blind, Everything Kills You, Siberia, Sideways Eight, Scissors in the Sand, What If We Are?.

Echo & the Bunnymen
Músicos
:
Ian McCulloch: voces, guitarra.
Will Sergeant: guitarra.
Paul Fleming: teclados.
Peter Wilkinson: bajo.
Simon Finley: batería.

Cooking Records, 2005

Calificación: Dáme dos

Enfrentarme a un nuevo disco de mis queridos Echo & the Bunnymen es todo un desafío; es de esas bandas que uno espera que, si deciden seguir en carrera después de casi tres décadas, lo hagan de la manera más digna posible -por los buenos tiempos (80’s)- y que no se conviertan en una caricatura de sí mismos; los ejemplos sobran.
En este último tiempo comenzaron a reeditarse sus álbumes fundamentales con un disco como bonus (cosa que me hincha terriblemente las tarlipes) y comenzaron los rumores de un nuevo disco.
Repasemos un poco.
El grupo se forma en 1979, desaparece en 1988 y se juntan en 1997.
En la primera etapa aparecieron los mejores discos de la banda: Crocodiles (1980), Heaven Up Here (1981), Ocean Rain (1984), discos de una época oscura en serio, que se codeaban con Closer de Joy Division (1980) y Pornography de The Cure (1983), por citar algunos ejemplos
Luego viene un silencio de algunos años y reaparecen con un par de discos un tanto híbridos, algunos sin su cantante original, hasta que en 1999 sacan el imprescindible What Are You Going To Do With Your Life, sin su guitarrista original: un disco apoyado en orquestaciones insuperables donde la melancolía es bien entendida; luego aparece Flowers en el 2001 (con el guitarrista y cantante originales), un contrapunto a su antecesor disco de guitarras más clásico pero bastante flojito. A posteriori vino Live in Liverpool (2002), la culminación de una gira en la que festejaban sus 25 años de existencia y un recorrido por sus clásicos infalibles.
Y ahora presentan Siberia, un reencuentro con lo mejor de los Hombres-Conejo.
Hugh Jones, en la producción, nos daba cierta garantía; un viejo conocido de la banda y que estuviera a cargo de la producción de uno de los grandes discos de los de Liverpool… Heaven Up Here (1981).
Así que me pongo el sobretodo negro, me paro los pelos con spray, los anteojos de sol y pulso play.
El disco arranca y sí, me emocianan; la voz de McCulloch sigue siendo de las más arrogantes  y la guitarra de Sergeant sigue teniendo la misma presencia de siempre; y ellos ofrecen lo que mejor saben hacer: canciones con melodías apabullantes, mucha más energía y menos oscuridad.
Stormy Weather y All Because Of You Days son dos canciones que resumen el muy buen  estado en que se encuentran: con un sonido más potente y cercano a sus primeros discos, nos brindan su mejor versión de los últimos tiempos.
Si bien la penumbra  parece más difusa y casi se diluye, en temas como Scissors In The Sand, Of a Life o Siberia, están repletos de nostalgia y sí, un lagrimón se pianta por mi mejilla. Cierra el disco la delicada What If We Are?, con arreglos de cuerdas suaves y elegantes, acariciándonos en el final.
Siberia se desarrolla con gran naturalidad, no tiene apuro, es un disco sencillo y creativo, es situarnos nuevamente a principios de los 80’s; ahí apunta el disco, al principio de una década que supo verlos como una de sus bandas fundamentales y donde la creatividad era parte fundamental en la propuesta; gran diferencia con el presente, donde pareciera que la forma es mirar hacia atrás y simplemente sonar “como…”.
Pocas son las bandas que hoy dentro del pop más popular logran aportar algo distinto.
Los Echo… fueron creadores del dark, o como quieras llamarlo; y vienen a ocupar su lugar, lugar que le queda demasiado grande a aquéllos que intentaron ocuparlo.
Con la aparición de este disco, todos sus imitadores estarán de parabienes: vuelvan a beber de las fuentes, que parecen inagotables, a ver si salen del aburrimiento donde están inmersos.
Hay algo que queda más que claro: el paso del tiempo, a algunas bandas, le permite acumular experiencia que se transmite en la madurez de sus canciones; y esto sin dudas no es lo mismo que volverse viejo.
Más atemporales que nunca; un disco que no me esperaba y me toma por sorpresa; detenidos en un cálido otoño y más cercanos a mi corazón.
Como en los viejos, nuevos  tiempos.

Cristian Woinarowski.

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