Uno Por Cinco (+1)

El saxofonista fue una pieza clave en una de las bandas más representativas del jazz argentino: el Quinteto Urbano. Uno de los músicos más ocupados de la actualidad, que debutó dcomo líder con "Tonal" (BAU Records), donde lo acompañaron Ernesto Jodos y Sergio Verdinelli.
Con varios proyectos en danza, sigue tocando con todos. De muy buena gana se prestó a esta sección que incluye algunos comentarios aptos para memoriosos y que dejan traslucir un sutil humor que, por supuesto, se celebra.

El guitarrista es uno de los músicos argentinos con mayor proyección y actualmente son varios los que se pelean por contarlo entre sus filas.
Integrante de los cuartetos de Juan Cruz de Urquiza y Delfina Oliver y de la orquesta de Mariano Otero, lidera además un septeto que más de uno quisiera: Brandán, Carmona, Norris, Domínguez, Musso y Canosa.
Y mientras esperamos ansiosamente su disco debut, accedió generosamente a compartir sus elecciones y los por qués.

No hace alharaca con la cuestión ni mucho menos, pero además de liderar Escalandrum, tocar actualmente en las bandas de Juan Cruz de Urquiza, Latinaje y Argentos entre muchas otras, es el nieto de Don Ástor.
Tocó con infinidad de músicos de acá (Aznar, Gieco, Páez, Baglietto, Urcola, Lavié, Guillermo Klein, Vitale, Snajer, etc.) y de allá (Corea, Burton, Danilo Pérez…); se paseó por donde quiso (Japón, Bélgica, Paraguay, Brasil, Panamá…) y ha mostrado un crecimiento notable como músico en los últimos años.
En breve, aparecerá el cuarto disco de Escalandrum; mientras tanto, se prendió con tutti al 1×5 (+1).

Otro gustazo. Líder de The President, Pigpen, Zony Mash, New York Composers Orchestra, Ponga, Four Plus One Ensemble, Sweeter Than the Day… este crack de las teclas y las perillas anda ahora craneando otra nueva aventura: el New Chamber Jazz Quartet. Ladero de John Zorn en bandas fundantes como Naked City y el Sonny Clark Memorial Quartet, siempre que puso el dedo, destiló calidad, refinamiento, buen gusto y audacia. Se hizo tiempo no sabemos cómo para atender a nuestra requisitoria y sin chistar.

Nació en la República Checa y vive en los Estados Unidos. Siendo niña escuchó a los Inti Illimani y su destino quedó escrito. Con tres álbumes en su haber (el último de ellos, La Marea, cantado en un perfecto castellano), se presentará por primera vez en Buenos Aires en el verano. No quisimos dejar pasar la oportunidad (y, modestamente, ella tampoco) y cálidamente se prestó a participar de nuestra criatura eligiendo discos que sorprenderán a unos cuantos.

Tras largos años de batallar sobre los escenarios porteños en musicales como Grease y The Rocky Horror Picture Show, inició una incesante búsqueda en el universo jazzístico hasta que en el 2003 conoció al contrabajista Mariano Otero. Juntos, le fueron dando forma a un proyecto inusual para una cantante de estos lares que se cristalizó en Mirada, un disco debut que no parece tal, con standards desestructurados por músicos de excepción. Pudo buscarse algo más fácil, pero no parece ser su naturaleza. Su entrega para esta sección fue algo más que generosa.

Años y más años trabajando como sideman: con su padre Gustavo, con el Fat’s Fernández, integrante en Suecia de la Latin Lover Big Band, colaborador habitual de Lidia Borda, María Volonté, Rubén Rada, Lucho González, Walter Ríos, Lito Vitale y un largo etcétera, el guitarrista debutó discográficamente en el 2005 con Mayólica, acompañado por Diego Lutteral en batería y Guillermo Delgado en contrabajo. Es del Partido de General San Martín (¡de pie!) y, sin chistar, se encendió con el 1×5(+1).

El saxofonista accedió rápida y generosamente a la propuesta. Por esta vez, no nos hizo "El cuento del tío"

El bajista y líder de Latinaje no se anduvo con chiquitas. Si lo dejamos, hace la revista él solo.

No le alcanzó con la entrevista y pidió hacer el 1 x 5. No sólo elige los discos sino que le agradece a Metheny en una especie de "minus track".

Un despliegue generoso sobre las tablas que se traslada a estas páginas con singular generosidad. Le teníamos fe… pero no tanta.

John Hollenbeck: Es baterista, pero fundamentalmente músico y de los que no abundan. Siempre arriesgando, buscando, proponiendo, en lo que va del 2005 entregó dos discos insuperables; uno como solista, el otro con The Claudia Quintet. Un verdadero lujo que se dio Piccirilli y que aquí compartimos con ustedes.

Piccirilli se sigue sacrificando por nosotros. No entendemos cómo la convenció, ni nos importa. Una grande, pero grande en serio.