Por Los Codos

Remi Álvarez

Otro elemento importante hallado en el free y sus derivados es su contenido contestatario, ya que en esencia surgió como una respuesta desde el arte musical a una serie de injusticias sociales. Si bien como forma estética sigue conservando su carácter marginal, ¿pensás que aún hoy sigue manifestando ese perfil revolucionario o que de alguna manera se integró al sistema?

Dudo que se haya integrado al sistema ya que a éste no le gusta la libertad de expresión y no le gusta que la gente tome conciencia de las cosas, así que difícilmente va a estar en los medios masivos como la TV o la radio convencional. La lucha ahora es a través de otros medios como internet y ni qué decir de las dificultades para encontrar espacios en donde se puede tocar esta música. Es complicado aquí en México y seguramente ocurre lo mismo en otras partes del mundo. También hay que darse cuenta que el 2010 no es lo mismo que estar en los años sesenta. El mundo ha cambiado mucho, para bien o para mal.

Varios de los proyectos musicales que has liderado e integrado han tenido vigencia a través de los años, incluso llegando hasta nuestros días. Algo que, por cierto, es bastante inusual sobre todo en un campo tan dinámico como el de la libre improvisación. Me refiero en particular a tus experiencias con Cráneo de Jade, Antimateria, Astillero y FAS trío… ¿Qué representa para vos cada uno de esos proyectos y por qué han perdurado en el tiempo?

Tengo la suerte de contar con músicos muy buenos y a la vez comprometidos con la música. Además no tocan únicamente conmigo, lo cual les permite sobrevivir con otros proyectos. Cráneo de Jade fue mi primer proyecto importante, comenzamos en 1994 con Aarón Cruz en el bajo y Tony Gall en la batería. Sacamos dos compactos (Cráneo de Jade y Papirolas) tocando sólo composiciones mías; posteriormente Tony (Gall) salió de la banda y entró en su lugar Hernan Hecht, con quien hemos grabado el álbum Pleione. A partir de ese entonces dejamos de tocar sólo mis composiciones para dar paso a la creatividad colectiva. Después surgieron otros proyectos como mi propio trío, tocando mis propias composiciones, con Arturo Báez en el contrabajo y Gustavo Nandayapa en la batería con quienes pronto lanzaré un CD. Antimateria es el proyecto más “rudo” que tengo, es un trío denso de improvisación libre sin concesiones. Lo conforman Gabriel Lauber en la batería e Itzam Cano en el contrabajo. FAS trío es otro proyecto de exploración sonora en el formato de trío con David Sánchez en el contrabajo y Jorge Fernández en batería. Finalmente con el grupo Astillero (cuya formación lleva más de 25 años) me integré hace más de diez años. Es un proyecto de jazz con fusión en la música mexicana y cuyas composiciones son de todos los integrantes. Es el único de todos los proyectos en que participo que no es del todo free-jazz. También tengo un proyecto muy reciente de música electroacústica con Juan José Rivas en los medios electrónicos y Fernando Vigueras en la guitarra acústica y procesos electrónicos que se llama IC887, es un placer hacer música de este tipo. Es un reto y un placer hacer que el saxofón suene a todo menos a un saxo.

El dúo es un formato que has frecuentado periódicamente, así lo manifiesta tu consolidada sociedad musical con Gabriel Lauber y más cerca en el tiempo tu álbum Soul to Soul junto a Mark Dresser y tus recientes presentaciones con otro brillante contrabajista como Ingebrigt Haker-Flaten. ¿De qué manera cambia el enfoque cuando se trabaja con una alineación tímbrica reducida a dos instrumentos?

El dueto es algo que siempre me ha gustado, el diálogo entre dos músicos se vuelve más íntimo, así ocurre con Mark Dresser, Ingebrigt (Haker-Flaten), (Gabriel) Lauber, Milo Tamez (baterista mexicano), Pere Soto (guitarrista catalán junto a quien pronto editará el álbum “Remisotopos”) y otros con los que voy tocando sobre la marcha, que hacen del dueto una de mis formaciones favoritas.

¿De qué manera se prepara una improvisación y qué elementos se deben tener en cuenta para que esa experiencia resulte exitosa?

Personalmente hablando, lo principal antes de un concierto es elegir una caña adecuada, depende de lo que vaya a tocar será mi elección. Si improviso melódico o si improviso con las llamadas técnicas extendidas tengo que preparar las cañas adecuadas. Además de eso, todos los días estoy cerca del instrumento y listo para tocar, todos los días le dedico unas horas a estudiar y así poder sentirme uno solo con el instrumento. Una vez en el escenario, si toco con alguno de mis proyectos, como ya nos conocemos entre los músicos -aunque eso obviamente no es una garantía- dejamos que fluyan las ideas. En cambio cuando toco con otros músicos lo más importante es escuchar e ir tocando lo que la música y mis emociones me vayan pidiendo. Aun así, el éxito de una sesión de improvisación nunca estará garantizado.

¿Cuáles son tus planes futuros? ¿Qué podés divisar en el horizonte musical de Remi Álvarez?

No hago muchos planes, pero estoy trabajando para presentar en 2011 mi CD. con Mark Dresser Soul to Soul en México y en el extranjero. Pienso sacar próximamente el álbum Remisotopos en dueto con Pere Soto y espero editar mi primer compacto con el Remi Álvarez Trío, que ya fue grabado y al que sólo falta mezclar y masterizar. Espero grabar un nuevo álbum con Cráneo de Jade y volver a tocar con Dennis, Stefan y Aarón González, William Parker, Hamid Drake, Joe Morris, Ingebrit Haker-Flaten, Rodrigo Amado, etc. También tengo pensado editar el concierto que dimos con Ingebrigt (Haker-Flaten) en San Antonio, Texas. Y por supuesto seguir dando conciertos y tocando con todos aquellos que quieran de alguna u otra forma tocar conmigo e intentar aportar algo positivo, como profesor, a los jóvenes estudiantes de música en la UNAM.

Para concluir: tú has tenido el privilegio de estudiar con auténticas leyendas del jazz como Anthony Braxton, George Lewis, Don Cherry. Roscoe Mitchell y Steve Lacy entre otros; y también tuviste la oportunidad de interrelacionarte con músicos (además de los ya mencionados durante la charla) del calibre de Sabir Mateen, Dennis González, Rodrigo Amado, etc. De toda esa experiencia, de todo ese aprendizaje musical y vivencial… me gustaría saber si has encontrado un factor común, eso que un músico jamás debe olvidar, el núcleo de las cosas…

Antes que nada quiero aclarar que, más que estudiar con ellos, conviví de una u otra forma y mucho más que conocimientos académicos lo que me dieron fue una energía muy positiva para seguir creando y para seguir siendo un artista creativo. Mi experiencia con Don Cherry fue la mejor de mis años de adolescente, mi experiencia en el Creative Music Studio, -también de adolescente- con Anthony Braxton, Roscoe (Mitchell), Nana Vasconcelos, Trilok Gurtu, Foday Suso, Guillermo Franco, Karl e Ingrid Berger fueron lo máximo. Steve Lacy me invitó a su casa en Paris para darme una sola clase -gratis, como amigo-, la cual aún hoy después de 22 años estudio. Finalmente, gracias a Dennis (González) -quien me invito a tocar en el Vision Fest de la ciudad de New York junto sus hijos y Rodrigo Amado- a Sabir (Mateen), a Ernest Dawkins, a William (Parker),a Hamid (Drake) a Joe Morris, a Dom Minasi, Mark Dresser, etc. Todos y cada uno de ellos son una fuente de luz en mi camino y veo eso de la siguiente forma: Todos estos artistas de música creativa, los grandes, los más grandes, son la esencia del cometa, su núcleo, su luz y su fuerza; yo simplemente voy feliz, junto con muchos otros y a años luz de distancia, en la estela de ese cometa.

http://www.remialvarez.com/

Sergio Piccirilli

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